Pocas salidas llevo este año por diversos motivos. Aún así no podía faltar a mi cita con uno de los espectáculos del invierno en Castilla. No en vano nuestra tierra acoge el mayor contingente de Milanos Reales invernantes. Miles de estas rapaces, en peligro de extinción, elige las choperas de nuestra Comunidad para dormir en los gélidos días del invierno.
Mientras durante el día campean sobre los campos en busca de roedores o carroñas de los que alimentarse, cunado la tarde empieza a caer y el ocaso del día se acerca, se van reuniendo en los pre-dormideros para, cuando el sol se acueste, volar al dormidero comunal donde decenas o centenas de ellos pasan la noche. Esta semana me he acercado a uno de estos dormideros, situado en la Moraña, cerca de la laguna del Oso, para disfrutar con los más de dos centenares de Milanos Reales que llenaban las ramas de los árboles, como si de frutos de éstos se tratasen.
Una imagen vale más que mil palabras.
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